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Mostrando entradas de marzo, 2015

El pediatra guay

¿Visita al pediatra? Al matricular a los peques en el cole, uno de los documentos que te piden es el calendario de vacunaciones. Nosotros lo trajimos en español y la enfermera de la escuela y yo nos pasamos un buen rato delante del ordenador intentando descubrir si las siglas españolas coincidían con las americanas a la hora de definir los bichitos contra los cuales actuaban las vacunas. Otro de los requisitos para matricularlos es que vayan a un pediatra de aquí. Y no es mala idea.  Siempre es aconsejable, en cualquier parte, tener un pediatra de confianza, que te conozca al niño y sepa su historial médico.   La pediatra maravillosa se quedó en nuestro país, no pude traérmela a Estados Unidos, con lo cual, al llegar a Massachusetts, busqué un pediatra cerca de nuestro hogar.  Llamé al centro médico más cercano a mi casa y me asignaron uno. Al cabo de un día, tuvimos que ir al médico de urgencias.  Mi pequeño había cogido un resfriado que su mamá pensaba que podría derivar en br

Trader's Joe

¿Cual es mi supermercado? Mi super es Trader Joe's. Si, antes he hablado de otros, por tener unas características diferentes a los que conocía de otros países. Pero Trader Joe's es un supermercado que me gusta en todas sus facetas y en el que casi, casi, encuentro todo lo que necesito para preparar unas comidas muy nuestras en casa. No es un supermercado grande, me gusta incluso eso, su volumen pequeñito, que hace mi compra rápida y fácil, puesto que localizo enseguida mis necesidades. Al entrar, las flores me dan la bienvenida. Aunque aquí, a decir verdad, debo aclarar que algo no funciona. Cuando fui al Trader Joe's con mis hijos el otro día, quise comprar flores. Escogimos unas que nos parecieron deliciosas por unanimidad y proseguimos con la compra diaria. Al llegar a caja, comprobé que las pobres flores habían quedado debajo de la leche, las manzanas, las naranjas y todo lo que más pesaba de mi compra. Pobrecitas! Aún de este modo, consiguieron sobrevivir dos

La secretaria

Antes de desplazarnos toda la família a Boston, mi marido y yo hicimos una avanzadilla en busca de casa y colegio. Previamente nos habíamos puesto en contacto via email con varios agentes de la propiedad (aquí se llaman "realtors") para encontrar una casa.   La mayoría de los agentes de la propiedad nos contestaron via email muy solícitos a nuestras demandas. También contactamos  con varias escuelas pidiéndoles una cita.  La mayoría de las escuelas no contestaron. De la docena con las que contactamos, sólo dos nos devolvieron el mensaje diciéndonos que cuando hubiésemos encontrado casa contactásemos con ellos. Sólo una de las escuelas nos contestó amablemente prestándose a darnos toda la información que deseáramos sobre la documentación necesaria y otros trámites. Al llegar a Boston y alrededores, los agentes de la propiedad empezaron a enseñarnos casas, a cual más fea, medio en ruinas y con unas moquetas que como mínimo escondían años de polvo y suciedad. Mi marido y yo c

St Patricks y compañia

¿Qué se celebra? 18 de marzo. Boston y alrededores. Previo a este día, los comercios a los que soy asidua ya me daban pistas de que se estaba acercando un día peculiar. Camisetas de color verde con tréboles dibujados, la palabra "Irish" impresa en las camisetas; adhesivos que dan a los niños en forma de trébol verde... aunque yo no le daba demasiada importancia al posible acontecimiento que se estaba preparando. Al llegar el día en cuestión, yo, como cada día, acompañé a mis hijos al colegio. Muchos de los niños que llegaban iban vestidos con alguna prenda de color verde: una camiseta (la más normal), unos calcetines, una bufanda... o si acaso todo lo verde que habían podido encontrar. Una amiga mía americana que vive en North Carolina me envió un Whatsapp para preguntarme qué tal me iba San Patrick's day, junto con una foto de ella... ¡con camiseta verde! Al comprobar, pues, que no se trataba de ningún evento aislado, empecé a preguntar de qué se trataba l

Playdate

¿Puede venir X a jugar? La bendita secretaria del cole fue la que me habló por primera vez de los Playdates . Yo no tenía ni idea de lo que eran. Además, las primeras semanas de estar viviendo aquí, cuando alguien se dirigía a mi, yo usaba mi sonrisa encantadora, lo miraba apaciblemente y lo escuchaba sin entender muchas de las palabras que me soltaba, mientras mi cabeza iba asintiendo a su cháchara, como si comprendiera totalmente a mi interlocutor. O sea, que entendí a medias (vale, lo reconozco, menos que a medias), lo que era el concepto de Playdate.  Al cabo de unos días se me acerca una mamá de cole y me dice que a su hijo pequeño le encantaría tener una Playdate con mi hijo menor. Yo, por eso de ser simpática con todo el mundo, le exhibo la mejor de mis sonrisas y le digo que a mi peque también le encantaría una Playdate con su hijo, claro está. La mamá (que después supe que era de Vietnam, con cuatro hijos varones y una hija mayor) me dijo si el sábado siguiente me venía

Marshalls

¿Facilidades en las compras? Dentro de los centros comerciales (aquí se llaman malls y ya entraré en este tema más adelante), encontramos una de las tiendas en las que puedes rebuscar horas para acabar encontrando "la prenda", ese oscuro objeto del deseo, que no sabías que necesitabas, pero que una vez visto sabes que debe ser tuyo. El nombre de la tienda es Marshalls. Cuando entras en cualquiera de los Marshalls que hay repartidos en toda la geografía de New England, no tienes ni idea de lo que acabarás comprando . Puede que entres sencillamente a fisgonear un poco, para comprobar si alguna oferta te satisface. Puede que tengas en mente comprar un objeto, para acabar comprando otra cosa totalmente diferente en uso y forma. Y es que Marshalls tiene de todo, desde zapatos a lámparas, desde juguetes a ropa deportiva, pasando por alfombras, muebles, menaje de cocina y sábanas para todos los tipos de camas existentes en Estados Unidos. Una sección importante es la ocupada

Beso

¡Qué pases un buen día, mamá! Tengo el privilegio, el lujazo de poder acompañar cada día a mis hijos al colegio . Aunque los quince minutos previos a salir de casa me desquicio, me pongo histérica y grito como una posesa para que se den prisa, se vistan, se hagan la cama, no chillen, no se persigan, tengan todo lo necesario en su maleta y toda la ropa de abrigo envolviendo su cuerpecito, cuando cruzamos el umbral de la puerta, aunque la brisa te hiela la nariz, el camino acostumbra a ser fácil y divertido. Los tres nos reímos, hablamos, (les doy un poco de prisa) y caminamos en fila india entre los montones y montones de nieve a cada lado de la acera.  Y llegamos a la escuela. Saludamos a Jack, el policia retirado que cada día, puntualmente, regula el tránsito de niños y mamás y coches en la calle adyacente al cole. Y entramos en la escuela. Nuestras narices y mejillas poco a poco van tomando su color natural, pasando del rojo pasión al rosa molón. Y entre la multitud de niños s

Nashoba Valley

¡Muy bién, chaval! A cuarenta y cinco minutos de Boston por carretera, se encuentra una estación de esquí pequeñita pequeñita, pero ideal para que los más peques de casa (o los mayores que lo deseen) empiecen a dar sus primeros pasos en el mundo del esquí. Se llama Nashoba Valley . Dispone de un amplio sitio para alquiler de equipaje de esquí, de escuela de esquí con profesores que dan clases particulares o en grupo y de una cafetería y un pequeño puesto de cosas antisanas (pero que por un día no pasa nada). Está bien habilitado para pasar un día en família. Allí nos dirigimos mi familia y yo el primer día que las tormentas de nieve nos dieron permiso. Y venga, nuestros peques empiezan sus clases y sus padres empiezan a tomar el café. El padre de las criaturas observando a sus peques y opinando sobre lo mal que les enseña el profesor. La madre de las criaturas (o sea yo), de espaldas a sus peques, sorbiendo un café malísimo y sin escuchar ni a su media naranja ni al mundo en gen

Dyson

¿Y quién es ella? Me he enamorado. De una aspiradora. Os cuento. No ha sido un amor a primera vista ni mucho menos, aunque cuando la vi por primera vez ya me resultó atractiva. Además, yo ya venía de una larga lista de desengaños amorosos con varias aspiradoras que he podido "sufrir" a lo largo de mi dilatada vida. ¿Os hago un resumen? Aspiradora de toda la vida, dícese escoba . Con palo largo, moustache hacia el suelo y recogedor que te deja los riñones destrozados. Por suerte, fué mi primera experiencia, con lo cual, como casi todas las primeras experiencias, no funcionó. Aspiradora de casa de mis padres. Con un culo gordote y pesado que debías abrir para cambiar el filtro cada dos por tres. El culo gordote, aunque con ruedecitas, se encallaba por todos los rincones de casa de mis padres, mientras yo tiraba del mango para acabar cuanto antes con aquella tortura. Si además tenías una escalera enmedio para disfrutar, cargar con la aspiradora y que no se te enrollara