Mi secreto mejor guardado hasta la fecha: la trituradora es ese objeto escondido dentro del fregadero que me da pavor.
Si, PAVOR, MIEDO TERRIBLE con mayúsculas.
Pongámonos en situación:
- Acabamos la comida.
- Pido a mis dos churumbeles que quiten sus platos de la mesa.
- Pido otra vez a mis niños queridos que quiten por favor los platos de la mesa.
- Grito a mis hijos amados que saquen ya de una vez sus platos de la mesa.
- Una vez conseguida la tarea más ardua, llega el momento esperado por cualquier mujer: ponerse delante del fregadero a lavar los platos.
- Intento poner dentro del lavavajillas todo lo que encuentro en el fregadero. Todo. Apilado.
- Llega mi amantísimo marido y racionaliza lo que he puesto dentro del lavavajillas para un óptimo lavado.
- Oséase, que devuelve al fregadero la mitad de los cachivaches que debo fregar si o sí, sin excusas.
- Friego la maldita cazuela, vasos y algún plato que debía haberse quedado dentro de la máquina de lavar.
- Los pongo en el escurreplatos.
- Y doy al botón de encender la trituradora.
- La trituradora empieza a funcionar, segura de su potencia y de su dominio.
- Yo hago como que no la oigo y paso el paño por las superficies de la cocina, para que queden limpias del todo.
- La trituradora hace como un sonido más alto de lo normal: CCCHHHHHRRRRRRSSSSSTTTTTT!
- Paro enseguida la trituradora.
- Al cabo de cinco minutos (cinco), pongo la mano en la cueva oscura que es la casa de la trituradora, con miedo irracional a que me corte la mano de un tajo en cualquier momento.
- Entre sus cuchillas (paradas), saco aquel estropajo que me iba francamente bien para quitar suciedades de las superficies metálicas.
- El estropajo ya nunca volverá a ser el mismo.
- Saco el trozo más grande.
- Seguidamente los millares de trocitos pequeñitos que han quedado entre las puntas de las cuchillas de la trituradora.
- Los tiro a la basura, mezclados con trozos de judías que habían ido a parar al mismo sitio: ¡dentro de la trituradora asesina!
- Imagino lo que piensa esa máquina sin corazón: "¡Venga, a ver quién es el guapo que se atreve conmigo!"
Si, aquí en Massachusetts, las trituradoras dentro de los fregaderos son objetos normales en cualquier cocina. Nadie siente el miedo que siento yo cuando funcionan. Todo el mundo piensa que es muy cómodo que esas máquinas trituren parte de la comida que ha quedado entre los utensilios de cocina, para que los humanos no tengamos que recogerlos y tirarlos a la basura.
Pero yo sé que esa máquina escondida, repleta de cuchillas que dan vueltas y vueltas para triturar todo lo que encuentran a su paso, es peligrosa, muy peligrosa. Y ella sabe que yo lo sé. Y yo sé que ella sabe que yo lo sé.
Como en toda buena película de ciencia ficción, es otra vez la misma historia del hombre contra la máquina. ¿quién ganará la partida?
Uy mí también me dan pavor.
ResponderEliminar¡Con lo fácil que es poner una especie de filtro! Yo eso hago, luego lo saco, lo vuelco en la basura et voilá!
Besos
Pues es muy buena idea! Intentaré buscar un filtro que se me adapte y así no tenga que recoger pobres cucharas mutiladas de dentro la trituradora;)
EliminarCuando vi el título del post a mi mente vino la trituradora. Si, es un espanto, aun para uno de mayor, que se te van los dedos en un descuido tonto. Tendrás forma de apagarla totalmente? Yo prefiero eso y echar los restos en la bolsa de la basura.bueno, aprovecho para presentarme, apenas abrí mi blog pero desde hace tiempo te leí porque mi esposo tuvo una posibilidad de mudarse a Boston por trabajo y yo vine aquí a leer tu blog a ver que me deparaba la ciudad. Por suerte, eso digo yo, no nos mudamos. Saludos
ResponderEliminarLa trituradora es un objeto realmente espeluznante, aunque reconozco que funciona bien en muchas ocasiones, tengo algunas cucharas lastimadas de por vida por culpa de sus cuchillas asesinas.
EliminarHola y bienvenida a mi blog. A mi me gusta vivir aquí en Massachusetts, aunque conozco a mucha gente que prefiere volverse a casa. El invierno es muy frío, pero yo creo que en cualquier parte del mundo, se trata de positivizar lo que tienes;) Tengo en el blog una página titulada positivízate donde yo y otras mamás contamos lo que nos gusta del lugar donde vivimos.
Saludos!
No estás sola!!! A mí Tampoco me gustaba , Què miedo !! Yo enMiami la quitè, pero aquí en España como no la tengo hasta la echo de menos .
ResponderEliminarFeliz año!!
A mi me da pavor, pero no puedo dejar de usarla! Tengo ya tres cucharitas lastimadas de por vida por culpa de la dichosa matacucharasmetálicas de marras;)
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