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Mostrando entradas de agosto, 2017

Experiencias en la Costa oeste: 1. Las Vegas

Este verano ha sido una fecha cumpleañera importante en casa, por lo que decidimos celebrarla con un viaje diferente de los que estamos acostumbrados. Mi marido, mis hijos y yo realizamos un viaje fantástico hacia las entrañas de la costa oeste , paseando y descubriendo diez parques nacionales de dicha costa, desde Utah hasta California, pasando por Nevada y Arizona. Como ha sido un viaje lleno de experiencias, las iré escribiendo paso a paso, para recordar saboreando lo que descubrimos y nos encontramos.  El paso previo para llegar desde Boston a cualquier parque nacional de la costa oeste, pasaba por las Vegas. He aquí mis recuerdos de esta ciudad reina del desierto: Boston - las Vegas en avión son seis horas. Parecen más si viajas en Jet Blue, o aerolínea low cost, puesto que no te dan comida y con suerte te toca un poco de agua o zumo. Las pantallas colgadas del asiento delantero son tan pequeñas que dificulta tu visión desde casi el primer minuto. Eso si, merece la pena por

De la Tralla a Barnes and Noble

Soy una lectora insaciable. Ya desde pequeñita, me escondía en los sitios más recónditos de casa para poder leer todos los libros que a mi me gustaban. Mi padre me regañaba por no ayudar a mi madre y mi madre me regañaba por no obedecer a papá. Sea como fuera, yo hacía caso omiso a sus advertencias y siempre que podía cogía un libro y me lo zampaba como quien se zampa un bocadillo de jamón serrano. Uno de mis lugares predilectos de mi pequeño mundo era, como no, la librería más popular de la ciudad. Se llamaba la Tralla . Era un placer para mi vista deambular sin prisa entre las mesas y estantes repletos de libros. Al abrir la puerta de la entrada de una vieja casa, en una calle que habían construido los romanos, ya me encontraba una mesa grande repleta de las novedades del momento. Libros en catalán y castellano que contaban historias inverosímiles o casi creíbles. Novelas de ficción o incluso crónicas de otra época que no había sido mejor. Recuerdo tomar uno de los libros entre mi

Despidiendo nuevas amistades

Al llegar a un nuevo país, crees con certeza que te vas a integrar inmediatamente a la vida y costumbres de la nueva patria que te acoge. Y en América, esta creencia parece muy cierta al principio. La gente es simpática, te sonríe y te saluda por la calle, sin conocerte de nada te preguntan cómo estás y te dan los buenos días. Al cabo de un tiempo, descubres que los americanos son mucho más cerrados de lo que parecen en el primer momento, y que debes buscarte la vida social lejos de los pura sangre. Así pues, el plan B) consistió en buscar y encontrar gente de casa . Y se encuentran, vaya si se encuentran, y qué placer indescriptible hablar con gente que tiene las mismas tradiciones que tienes tu.  Unos amigos que ya regresaron nos presentaron a unos amigos suyos, también de nuestro país. Y este año, hemos podido hacer múltiples actividades con ellos. Recuerdo la vez que vinieron a casa para cenar. Los adultos (los niños en el sótano haciendo de las suyas, por supuesto), nos