El tercer Parque Nacional que visitamos en Utah es el Capitol
Reef. No es el más popular, ni el más espectacular, ni el más rico en
orografía, pero continúa siendo bonito y continúa deleitándonos con surcos
milenarios sobre piedras prehistóricas que me mantienen con la boca
abierta.
Dentro de este parque natural, escogemos recorrer Chimney
Rock loop, una excursión que nos devuelve al punto de partida habiendo dado una
vuelta de 3 millas en total, como si nada. El parking está justo debajo del
punto de partida y, contrariamente a los parking anteriores, éste está
prácticamente vacío, sólo coches que aparcan para que sus ocupantes salgan,
tiren la foto de rigor a una piedra enorme que está cerca, regresen al coche y
se larguen en busca de otra presa fotográfica. Pero no, nosotros somos más
chulos y fuertes y valientes y deportistas (sigh) y decidimos que recorreremos
el camino que nos devolverá al punto de partida, no sin antes habernos cansado
como burros y disfrutado como enanos.
Empezamos a caminar y yo me envalentono de tal forma que me
pongo primera en la fila y continúo a paso rápido. Mi marido no da crédito a
sus ojos y me confiesa que no sabe si yo lo hago por placer o por pasar rápido
el trance y a otra cosa mariposa. Le sonrío misteriosamente y lo dejo con sus
cavilaciones (lo que él no sabe es que yo no tengo ni idea de porqué de repente
tengo tantas ganas de caminar). A lo que íbamos, vamos caminando los cuatro
solos, encontramos alguna persona subiendo o bajando, pero Capitol Reef es de
lejos el Parque Nacional con menos gente por el que hemos pasado.
Las vistas son espectaculares. Al llegar a la cima, se
divisa esta carretera de película que no se sabe donde acaba, rodeada de
naturaleza indómita y salvaje. Las montañas que vemos por el camino presentan
variedad de tonos que van del marrón al naranja pasando por varias gamas de
rojo. El espectáculo de la naturaleza rocosa en estado puro, junto con el
silencio alrededor sólo interrumpido por el grito de algún animal es abrumador.
Nos lo pasamos espectacularmente bien, caminando, hablando, escuchando... un
momento familiar fenomenal.
Merece la pensa todas estas excursiones que, aunque al
principio parecen aburridas e insulsas, los alrededores nos permiten
colorearlas en sus más espléndidas formas y nosotros acabamos de ponerles la
guinda salpicando de buen humor gran parte de sus momentos.
Dato útil: Cerca de Chimney rock loop nos paramos a comer a
un Subway. Nunca más. Pero al lado del Subway había una pequeña cafetería donde
bebí un café delicioso y mis hijos degustaron un helado sabrosísimo (aunque
tuve que parar al chico que ponía el helado, porqué de la medida pequeña, me
cargaba el cono desde dentro hasta el infinito y yo no quería que mis hijos se
zampasen tal cantidad de calorías).
Dato curioso: en esta zona vimos a un montón de parejas de
motoristas ataviados de la siguiente guisa: pañuelo atado a la cabeza, chupa de
cuero negro con bordados atractivos, pantalones de cuero negro, botas de cuero
negro, y conduciendo una Harley Davidson negra. Hombre y mujer. Edad media: más
de sesenta años por barba. El tiempo sí pasa.
Comentarios
Publicar un comentario