Arcos. Arcos imposibles de diseñar, imposibles incluso de imaginar antes de que la naturaleza consiguiera fabricarlos a base de tiempo y presión. Arcos preciosos que parece que desafíen las leyes de la naturaleza y de la razón. Arcos deliciosos de colores rojizos que deslumbran por su forma y tesón. Arcos delicados y únicos imposibles de diseñar con seguridad a través de programas informáticos.
Arches National Park es un gran parque natural de la Costa oeste de los Estados Unidos que nos ha apasionado a través de sus formas espectaculares de piedras colocadas una encima de otra diría yo que usando la magia milenaria de los indios que las habitaban.
Hay bastantes excursiones interesantes en dicho parque natural, parajes extraordinarios, más o menos fáciles de recorrer, con el premio final de observar unos arcos esculpidos sin mano humana a través de siglos, erosiones, lluvia y paciencia. Recorrimos tres de estos parajes, a cada cual más bello, emocionándonos al final del camino al descubrir un bonito arco natural que estaba esperándonos, a nosotros y al resto de visitantes, mientras íbamos apretando el clic del teléfono o de la cámara para inmortalizar en nuestro recuerdo la belleza natural que teníamos delante.
El camino que nos condujo a Delicate Arch fue para mi el más bonito. Como siempre, la caminata empezó en un camino plano y con multitud de gente, bien o mal calzada, con agua de reserva o sin suministro líquido, con falda o pantalón. Al cabo de una media hora, los menos preparados volvían sobre sus pasos sin conseguir llegar al objetivo en cuestión. Los que quedábamos en el camino (la gran mayoría), nos íbamos adelantando los unos a los otros, puesto que las paradas de descanso para beber agua eran obligatorias debido al calor extremo. Y en una de esas paradas conocí a Amelia, una abuelita peruana, simpática y dulce, que me contó en pocas frases algunos de los momentos más especiales de su ya extensa vida. Su família iba detrás al principio, pero la juventud consiguió atrapar a su matriarca a mitad del camino y ella llegó a ver el Delicate Arche en último lugar, aunque evidentemente no le importó.
Mi família y yo, que nos habíamos parado multitud de veces a mitad del camino para tirar tropecientas fotos a los niños, ahora encima de una roca, ahora encima de un montículo, ahora con una cucaracha.... llegamos por fin a vislumbrar el Delicate Arch. Impresionante. Conmovedor. Extraordinario. Me parece que gasto todos los adjetivos que he aprendido a lo largo de mi vida para definir unas bellezas sin parangón cada vez que entro en un parque nacional de la Costa oeste. ¿El nombre de arco delicado? Elemental, puesto que parece que con el soplo del lobo malvado de los tres cerditos, el arco puede venirse abajo. Y las personas, a millares, se acercan cada día a este arco, evitando soplar, no sea que las leyes de la física les hagan una trastada justamente a ellos, mientras contemplaban boquiabiertos un arco que no parece de este mundo.
Dato útil:
es muy aconsejable realizar las excursiones a primera hora de la mañana, durante el mes de agosto. Todos los huesos de tu cuerpo lo agradecen al final del día y el nivel de hidratación no necesita una reparación casi constante como la que es obligada después del mediodía.
Dato curioso:
Caminar por los parques nacionales es como caminar por una torre de Babel. Curiosamente, el idioma que más hemos escuchado visitando los parques nacionales de Utah es el francés, pero el francés de Francia, y no el canadiense, que parecería lo lógico por proximidad. Curioso, muy curioso.
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